domingo, 10 de octubre de 2010

Amelia y la laguna

Ella es tan chiquita que cabe en mi maleta de mano, tiene unas manos gorditas, un pelo parado y una sonrisa que derrite muchos corazones.  Dan ganas de comérsela a besos y abrazos, dan ganas de quererla más de lo que se puede querer.

Visitamos la laguna dos días y ella vestida de colores iluminaba los días no tan soleados que nos trajo el invierno.  Ella es especial, es única, es chiquita, es mágica, ella aún no sabe hablar, pero hace mil ruiditos que lo dicen todo.

Amelia es ella, es de peluche, de amor, de corazón.  Su sonrisa es lo mejor que me pasó el fin de semana, sus ganas de cantar, de hablar, de soñar.  Ella es lo que quiero ver, lo que quiero ver crecer.  Tiene tanto por aprender pero lo mejor es que tiene mucho por enseñarme.  Ella es mi bebé pitufo.

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