jueves, 5 de enero de 2012

Roberto el pez

Roberto es un pez multicolor que vive en el fondo del océano atlántico, dentro de un caparazón de tortuga gigante que dejó el mar para irse al cielo hace ya algunos años.  Roberto es un pez gordito, su cuerpo es color amarillo vivo, sus aletas son una roja y otra verde y tiene un copete genial de color naranja.  Nada tan rápido que ya ha ganado algunos concursos y algunos caballitos de mar tratan de copiar sui técnica de nado. Él dice que no hay ninguna técnica, solo que cada vez que va a participar en algo pone su corazón en sus aletas, eso es todo.
Roberto perdió a su familia cuando un inmenso barco cayó desde la superficie al fondo de mar y aplastó su casita submarina.  Es un episodio que él no quiere recordar pero igual los extraña, sobre todo los días de verano, cuando un lindo rayo de sol llegaba hasta las ventanas de su casa y alumbraba una perla mágica.  Era un solo día durante todo el verano que el rayo entraba, apuntaba en la perla y salían chispas de colores, y al tocarlas los peces podían volar por un rato, y no volar en el mar, allí solo se puede nadar, ellos salían del fondo a la superficie y realmente podían volar hasta las nubes durante el día.  Por eso en algunas playas australianas los turistas llegan ese día del verano porque hay avistamiento de peces de colores voladores.
Roberto pudo rescatar la perla antes de que el inmenso barco también la aplastara, pero ahora está guardada en el último rincón de su caparazón de tortuga, simplemente porque él no quiere recordar y por eso hace algún tiempo no hay avistamiento de peces de colores voladores en las playas de Australia.  Hoy Roberto estuvo mirando hacia ese rincón y pensó que el tiempo ya ha pasado y que quizás los peces del océano quieran volver a volar, ya se aproxima el verano y sería bueno llenar de chispas el oscuro fondo del océano.
Tomó la perla, la limpió con una suave manta de algas marinas, la trató con mucho cariño y la puso cerca a la ventana, una nueva ventana de su casa de caparazón de tortuga.  Midió milimétricamente todo para que el rayo pudiera entrar y alumbrar la perla, la puso encima de una suave y peligrosa medusa rosada y se fue a dormir.
De repente amaneció en verano, en el fondo del mar se siente cuando llega el verano porque el agua es un poco más calientita y las algas y los corales amanecen bailando salsa.  Roberto está listo para ver como sucede la magia, se levantó de su cama de esponja marina, se ubicó al lado de la ventana, cerró los ojos y contó 1, 2 y 3!!!!! Y la magia sucedió, el rayo de sol entró por la ventana de la casa de caparazón de tortuga, iluminó la perla y salieron miles, millones de chispas de colores.  Todos los peces del fondo del océano tocaron las chispas y rápidamente llegaron a la superficie y empezaron a volar, un bonito espectáculo, tan colorido que ningún turista de las playas de Australia va a olvidar jamás.  Roberto disfrutó su paseo por las nubes como nunca, le dedicó cada una de sus volteretas a cada miembro de su familia y sintió su corazón contento.  Nada, vuela, ahora Roberto ya no se siente triste, ahora es un pez multicolor muy feliz.

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