martes, 7 de septiembre de 2010

TABATA LA BRUJITA

Ella es chiquita, no tanto como pulgarcita pero si de un tamaño más o menos chiquito. Tiene pelo negro y ojos muy grandes y brillantes, siempre usa unas botas color violeta y un impermeable aguamarina, esto es porque vive en un lugar donde siempre llueve, pero allá la lluvia es muy divertida.


Se llama Tábata y tiene nombre de bruja porque es bruja, un poco torpe porque aun no se sabe muy bien los trucos pero es una brujita genial. Siempre quiso tener 10 años para poder intentar el truco de ser invisible y ya le faltan solo 5 días para su fiesta de cumpleaños, donde intentará el famoso truco. Ha estado ensayando 3 meses seguidos y solo espera que la luna llena se ponga detrás de Saturno para que sus poderes mágicos surjan.




Tábata vive con su mamá, su papá, su hermanita Carlota y su hermano mayor Benjamín. Sus papás son brujos expertos, pero de los buenos, los que hacen magia para hacer a la gente feliz. Su hermano Benjamín no es muy bueno con la magia, a veces los trucos le salen al revés y Carlota con solo 5 años sólo conoce la magia que le hace su papá cada noche cuando aparece un cuento diferente para leer a la hora de dormir. Son una familia especial, sus días están llenos de momentos divertidos, de cuentos fantásticos, de hechizos graciosos, de dulces, de abrazos, de magia, mucha magia.




Tábata se enteró que era bruja en su cumpleaños número 8, pues esa es la edad en la cual los niños deben enterarse de sus facultades mágicas. El día de su fiesta sus papás le regalaron su primera varita mágica, una varita con forro de peluche color morado y estrellas que brillan en la oscuridad. Con esa varita ella podría hacer pequeños trucos, como apagar y prender la luz, hacer sonreír a alguien, hacerle cosquillas en los pies a otros niños o calentar un poquito sus cobijas antes de dormir. Los trucos perfectos para una niña de 8 años.




Desde que tiene esa edad todos los días estudia trucos diferentes, todos se encuentran en el libro mágico de la familia el cual tiene un capítulo solo para niños, es tan divertido el libro que Tábata puede pasar horas leyéndolo y siempre aprende cosas nuevas. Ella está feliz porque pronto podrá intentar su truco de volverse invisible. Claro está que solo podrá usarlo para ocasiones especiales, pero nunca para hacer trampa, en esta familia no esta permitido usar la magia para cosas malas, si alguno lo intenta inmediatamente su magia será decomisada y la podrán volver a utilizar una vez hayan aprendido la lección.




El día ha llegado y es el cumpleaños número 10 de Tabi -así le dicen sus amigos- y todo está listo para que comience su día especial. Su mamá le ha preparado un rico desayuno con muchas chispas de colores y ha roseado encima de las galletas polvo de estrellas que ella podrá usar para volar un rato por la casa. Su papá ya tiene listo el certificado que la convierte en una brujita fase no.2, es decir, que podrá intentar el gran truco de la invisibilidad. Además podrá intentar convertir una rana en ratón y un pez en lagartija, ese es un truco importante.




Como todos los días está lloviendo, pero como es el cumpleaños de Tabi, hoy la lluvia es diferente, huele a pastel de chocolate y no moja, al pegar en el suelo salen burbujas fantásticas, igual ella ha decidido usar sus botas color violeta y salir a jugar un rato con Carlota, a ella le encantan las burbujas. Mientras juegan su mamá prepara un delicioso pastel de vainilla con chispas de fresa que cuando un niño las muerde explotan en la boca y de repente empiezan a hablar en otro idioma, las chispas de fresa solo pueden usarse en ocasiones especiales.




Tabi y Carlota siguen jugando afuera, brincan, dan vueltas hasta perder el equilibrio, recogen burbujas para después usarlas en el baño y Tabi con su varita mágica ha decidido por un rato convertir a todos los peces de su pecera en lagartijas brillantes, eso hace que Carlota sufra de ataques de risa, lo cual es muy divertido.




La fiesta está lista, el pastel está en la mesa y toda la familia está preparada para presenciar el acto más importante del día, Tábata será invisible durante 5 minutos y podrá levantar su silla para que todos la vean flotar. Hocups Pocus invisibles hechisus, bum. Y así fue Tábata se volvió invisible de repente, después de que de su varita mágica salió humo color cereza con olor a chicle, su risa la delata pero el truco salió perfecto. La silla se eleva unos centímetros y Carlota no ha pestañeado, adónde se fue Tabi? -pregunta con voz de sorpresa. Aquí estoy dice Tabi brincando sobre la silla, soy invisible, soy invisible!!!! y Carlota se empezó a reír. Fueron cinco minutos geniales, sus papás aplaudían y Benjamín estaba orgulloso de que al primer intento Tabi hubiera logrado hacer el truco, para él no fue tan fácil, tuvo que hacer tres intentos, pero esta vez fue diferente, Tabi estaba tan concentrada que todo salió a la perfección. Al terminar los 5 minutos todo regresó a la normalidad, la sonrisa casi no cabía en su carita tan chiquita, lo logré, lo logré!!! ya puedo ser invisible!!! y saltaba de la emoción en su silla.





Después de comer el delicioso pastel y abrir algunos regalos Tábata estaba tan feliz que no podía dejar de sonreír, sus ojos brillaban como la escarcha en los días de nieve, era un día especial, un día único, era el día de su cumpleaños número 10, su momento invisible.

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