domingo, 29 de mayo de 2011

Antes y Después...

Si hoy tuviera 8 años escribiría sobre los animales de la granja, o quizás sobre las mariposas monarcas, esas que cada año vuelan desde Canadá hasta México e inundan un bosque completo con sus lindas alas de colores.  Quizás escribiría sobre las diferentes muecas que hacen mis amigos o si patinar en línea es mejor que en cuatro ruedas.  Si tuviera 8 años escribiría sobre el color del cielo, los algodones de azúcar o jugar a la golosa.

Ya no tengo 8 años, pero en el fondo siento que todavía los tengo, pues aún escribo sobre todo lo lindo que existía cuando era chiquita, cuando todo era simple, cuando era más fácil reírse.  Todavía creo fielmente en la capacidad de asombro, en que lo genial está en disfrutar las pequeñas cosas y que el mundo es mejor cuando lo llenas de placeres simples.

A los 8 no sabía muchas cosas, pero inventaba otras.  Antes era fácil no estar triste, ahora me cuesta más trabajo recuperarme.  Aunque debo confesar que mantengo todos los días la ilusión de vivir en un mundo mejor, donde la gente coleccione abrazos y sonrisas y no balas perdidas, donde los niños vuelvan a trepar a los árboles sin miedo a caer en una mina, donde los adultos sonrían cuando van en transmilenio y donde el amor sea más que en sentimiento.

Es genial ser niño, pero también es genial crecer, aprender, conocer.   Y si logras mantener vivo al niño dentro de ti, seguro tendrás una vida mejor, seguro.

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